Al elegir un suelo de madera para exterior, es fundamental valorar el clima al que va a estar expuesto dicho suelo y el uso que haremos de él. En nuestro caso, el clima mediterráneo, sabemos que va a ser duramente castigado por el sol, por lo que va a requerir un mantenimiento regular.
Las maderas más utilizadas para exterior son maderas tropicales de gran resistencia, como el IPE, el elondo y el iroko, ésta última más cara. Se trata de maderas que soportan bien la humedad. Sin embargo, la mayoría de estas maderas tienen el problema de que gran parte de los modelos que se vende en el mercado carecen del sello FSC, y por tanto, no se nos garantiza que la madera proceda de bosques tropicales sostenibles.
Las maderas tropicales con sello FSC son más caras, debido a la gestión que exige el seguimiento y control de las explotaciones madereras sostenibles, pero al elegir una madera con sello FSC optamos por no colaborar en la destrucción de las selvas tropicales y de los bosques primarios del planeta.
También es posible encontrar otras maderas más económicas con sello FSC que, aunque generalmente son menos duraderas que las maderas tropicales, son más económicas y proceden de bosques sostenibles, mayoritariamente de bosques nórdicos europeos, de EE.UU. o de Canadá. Es el caso de maderas de fresno o de pino que son previamente tratadas para resistir mejor al exterior.
Y otra posibilidad que imita las características estéticas y decorativas de la madera sin ser madera son las tarimas sintéticas o tarimas tecnológicas. Se trata de tarimas fabricadas con materiales plásticos, en algunas ocasiones, plásticos reciclados y reciclables. Las tarimas tecnológicas están disponibles en distintos colores y al contrario que la madera, no se decoloran con el sol, no sufren con la humedad y no son atacadas por insectos, por lo que no exigen mantenimiento.
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